Hay una cosa que me llama la atención, y es que tengan que venir de otro país a enseñarnos lo que tenemos que hacer en caso de accidente. No comprendo como siendo la mayoría de nuestros jóvenes universitarios (y esto no es desde hace menos de 15 años) no hay gente preparada para hacer el tipo de estudios y análisis pertinentes.
Bueno si, si que lo entiendo. Este país está tan politizado que en el momento que ocurrió el accidente se desataron dos vertientes culpando cada una de ellas a una u otra parte, el maquinista y el Ministerio de Fomento. La derecha y la izquierda políticamente hablando. Esa derecha y esa izquierda guerracivilista que jamás olvidarán los españoles. De hecho cuando están cerrando las heridas llega el Gobierno de turno para reabrirlas, y mucha gente no lo ve mal. Suelen ser quienes se definen más a favor de la libertad, quienes se creen más demócratas, quienes dicen eso de que aquello fue horrible y que ojalá nunca más se repita...
Bien, los suecos no lo saben, cobrarán y se irán de aquí, pero no habrán solucionado nada. Aquí lo único que le interesa a la gente es echarle la culpa al enemigo político de su abuelo en la guerra civil. Eso para los que no tienen nada que ver con el accidente, porque quienes por desgracia lo sufrieron buscarán dinero. Y algunos seguramente estarán en su derecho, otros se apuntarán pese a no haber sufrido daños, pero alegarán traumas psíquicos y demás. A estos otros como yo no soy psicólogo no les quitaré tampoco ese derecho, pero a lo peor se apuntan un par de rumanas que jamás ha subido a ese tren y también hay que pagarles un sueldo de por vida y arreglarles los papeles y demás.
Es un problema... ¿Cultural? No, es un problema de poca vergüenza que hay en España, ni más ni menos. De un tiempo a esta parte hemos pasado de que gran parte de la población española no quisiera nada que no le correspondiese a lo contrario empezando por las más altas esferas.
Hasta otra.
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